Entramos en la casa-estudio del pintor Pinazo


Ignacio_Pinazo_Camarlench_Autorretrato

Este curso estamos paseando por los escenarios de la vida de Ignacio Pinazo (1849-1916) en Valencia y en Godella, de la mano de especialistas de excepción. Aprendemos así sobre la vida del genial pintor y sobre la Valencia de entre siglos, uno de los periodos más fecundos y apasionantes del arte español y sobre todo valenciano. Los centros de la UP de Malvarrosa, Benicalap, Ciutat Vella, Benimàmet y Morvedre ya han recorrido la ruta guiada interactiva, que incluye algunas localizaciones de la ciudad de Valencia y la casa estudio del pintor en Godella, donde pasó sus últimos años de vida. Allí encontramos obras de arte, muebles, libros, documentos antiguos y fotografías, que la familia ha conservado tal y como estaba en vida del gran maestro del luminismo.

El conjunto de las colecciones está compuesto por gran parte de la obra pictórica y los dibujos del pintor valenciano, Ignacio Pinazo Camarlench y una gran parte de la obra de su hijo menor, Ignacio Pinazo Martínez, escultor. Hemos recorrido la casa guiadas por la familia Pinazo y a continuación hemos participado en un taller de interpretación de la obra del pintor, en la Casa de la Cultura de Godella.

Se trata de una de las rutas más interesantes de este curso, que en el mes de marzo también realizarán varios grupos de los centros de Russafa y San Marcelino de la Universitat Popular de Valencia.

20151221 1 pnazo ciutat vella

Los artistas valencianos de la segunda mitad del  XIX, figuran en la historia del arte español como una de las aportaciones más sólidas y decisivas, uno de los momentos más creativos y florecientes a nivel nacional: Antonio Muñoz Degraín, Ignacio Pinazo, la saga de los Benlliure (Juan Antonio, José y Blas, pintores y Mariano, escultor); Joaquin Sorolla, José Mongrell, Joaquin Agrasot, entre otros. Esta etapa es interpretada como el prólogo al arte moderno, momento en el que comienza la ruptura con la tradición y el academicismo. En el último tercio del XIX se desarrolla uno de los momentos más ricos y fructíferos de la creación artística valenciana. Aunque este renacer suele estar asociado al campo de la pintura no fue menor en la arquitectura. En las décadas del ochenta y noventa la ciudad experimentó un extraordinario proceso constructivo que tuvo continuidad en las décadas siguientes y tuvo como máximo exponente la Exposición Regional valenciana de 1909, todo un referente constructivo a nivel nacional e internacional. Las calles de la Paz, Cirilo Amorós, Conde Salvatierra de Álava, entre otras, son expresiones de una renovación urbana, donde la revolución estética del MODERNISMO puso su sello.