El inicio de curso en la Universitat Popular de València abre de nuevo la oportunidad de participar en más de 50 actividades diferentes y en más de 30 centros distribuidos en diferentes barrios y pueblos de la ciudad. Una de las aulas que da más sentido a este proyecto municipal de participación social es la de Formación Básica, una actividad en la que especialmente muchas mujeres han encontrado su primera oportunidad de aprender a leer y escribir. Los roles asignados a las mujeres fruto de la cultura patriarcal las condenaron a dedicarse exclusivamente al cuidados de otras personas, las relegaron al espacio privado y les hurtaron la posibilidad de participar socialmente y de formarse. Ahora algunas de ellas tras un proceso personal de toma de conciencia, otras tras verse liberadas de la responsabilidad de los cuidados familiares, han encontrado en las aulas de #UPValència la oportunidad de aprender a leer y escribir o ampliar sus conocimientos, formar parte de un grupo de aprendizaje, ampliar su red de relaciones personales, generar su propia red de apoyo más allá de su propia familia y participar en actividades culturales a las que apenas habían tenido acceso. Participar en las clases de Formación Básica contribuye además a su enriquecimiento personal y les facilita herramientas nuevas para entender y desenvolverse mejor en un entorno cada día más complejo.
Han cuidado de sus hermanos y hermanas, de sus hijos e hijas, de sus padres y madres y de sus nietos y nietas. Han cumplido una función socia sin la cual el sistema social y económico en el que vivimos no habría podido sostenerse. Y ahora en las aulas de Formación Básica de #UPRussafa llevan trabajando diferentes cursos el reconocimiento de las mujeres que han sido históricamente silenciadas, para reconocerlas, endirles homenaje e identificarse como mujeres con las iguales que han participado en el progreso social desde la smbra y sin retribución ni reconocimiento social. A partir de este trabajo se ha generado un grupo de mujeres, la mayoría mayores, que se autodenominan «Las sin sombrero de Russafa». Hemos empezado el curso con ellas para que nos cuenten su experiencia en Universitat Popular.
Pura López Mañas es la más pequeña de 13 hermanos «por eso no pude ir a la escuela y estoy muy contenta de poder venir a la UP». López asegura que «he repetido curso porque el primer año que vine me encantó y me gusta mucho venir». Boni Amador Carrión cuenta que «no he podido ir al colegio, éramos 7 hermanos, y me pusieron a trabajar a los 8 años». Amador asegura que «mi ilusión de siempre era aprender a escribir. Ahora me defiendo en leer y sigo aprendiendo para poder ir a cualquier sitio y escribir si es necesario, sin pasar vergüenza». Ella explica que «me apuntó mi hija y estoy muy contenta de haberme animado a venir».
En realidad todas muestran una enorme inquietud por el aprendizaje, por superarse, conscientes de las importantes limitaciones que significa no haber podido aprender a leer y escribir, y la aún escasa valoración social que se otorga a las tareas de cuidado por las que han sacrificado durante años su desarrollo personal y su vida social. No es casual que el porcentaje de mujeres en la UP sea altísimo.
Antonio Gómez Vargas es el único hombre en el grupo, «Estoy aprendiendo ortografía y matemáticas» dice porque «leer y escribir ya se». Antonio también participará en el proyecto de «Las sinsombrero de Russafa» este año.
La más mayor del grupo es María Blasco Hernàndez. Con 89 años forma parte del grupo de las sin sombrero y acude a clase dos veces por semana para avanzar en lectura y escritura, pero también para ser partícipe de la actividad socia y cultural que se desarrolla en la Universitat Popular. «De pequeña no puede ir a clase, estamos 5 hermanas. Por eso ya mayor me apunté a leer, a escribir y a hacer cuentas». Asistir a estas clases, venir al centro UP, «me mantiene la mente espabilada» explica Blasco. «No fallo nunca, me llevo de maravilla con las compañeras y vengo muy a gusto» cuenta.
También forma parte del grupo Lidia Maria Baptista López Ortiz. Lidia nació en Portugal, «me casé en París con un refugiado de la República y he vivido en diferentes países. Al volver a España me incliné por Valencia porque me gusta especialmente y ya jubilada y sin familia busqué y probé diferentes opciones para aprender a escribir bien el castellano» y para ella » la UP ha sido la mejor alternativa».
A lo largo del curso las volveremos a visitar para conocer sus progresos y sus actividades.